9 de junio de 2011

Mi primer escrito público: Cuento ganador

Con el Amigo Alberto.
(Septiembre de 1995)
Atendiendo a una petición del buen amigo Alberto es que ahora les comparto mi primera experiencia en la escritura pública: un cuento ganador que escribí en la Escuela Preparatoria.
(yo francamente ni me acordaba del caso)

Así eran aquellos tiempos

Era una época en que:
  • El televisor todavía era en blanco y negro, y los de color daban los tonos falsos. 
  • No se utilizaban los teléfonos celulares, pues ni siquiera se soñaban, apenas vislumbrábamos el teléfono “fijo” inalámbrico.
  • Las computadoras personales eran una cosa que únicamente pasaba en la televisión o el cine.
  • Para escribir las cosas usábamos una máquina de escribir mecánica, en mi caso ni siquiera eléctrica (una Olivetti disque portátil).
  • El sida era una muy novedosa enfermedad que azotaba a la humanidad.
  • El pop en español lo escuchábamos con grupos como Flans, Timbiriche, Mecano, etc. Y veníamos del "boom" musical del pop en inglés con Madonna, Micheal Jakson, Cindy Lauper, etc., etc. y el surgimiento del video musical.

Yo estaba, en ese entonces, en el horario nocturno de la Preparatoria No. 4 Vidal Castañeda y Nájera. Acababa el 2o año de Prepa ¿o ya empezaba el 3o? Cuando salió la convocatoria en la Gaceta Preparatoriana. Me entusiasmé y puse mi cerebro a funcionar.
Generé un cuento muy corto llamado “Los Bloques Tánnitis”. En un principio pensaba escanear cada una de las hojas del cuento y que fueran legibles (porque soy re-flojo y no lo iba a transcribir), sin embargo desistí porque:
  • Supongo que el cuento que se inscribió tiene algún tipo de derecho.
  • No tengo las hojas originales, esas se quedaron en algún archivero de la Escuela. Saqué unas copias Xerox, pero no las he encontrado en mis archivos, así que las doy por perdidas.
Por lo anterior he decidido únicamente hacer una somera reseña y enfatizar que era mi primer escrito y que por lo mismo era falto de estructura (lo escribí a puro instinto), ingenuo y chapucero en la forma (errores ortográficos y de presentación).


La Historia Narrada


Los Bloques Tánnitis surgió primeramente del nombre en sí: Tánatos (muerte en griego), sin mayor hilación con otra idea. Usé esa palabra en el título únicamente porque tenía cierta resonancia (fonética y mental).

Ya con el nombre se prefigura la introducción de un elemento “misterioso” y “ancestral”, se involucra a un par de jóvenes (de preferencias claramente heterosexuales), se satisface alguna fantasía del lector(a) que a fin de cuentas son las mismas que las del escritor (¿saben? los dos pertenecen a la misma raza: la raza humana, así que no hay diferencias sustanciales entre este y ese).
La historia era muy sencilla: ocurría en unos salones de una escuela media cualquiera, al galán le llegaban unas rocas grabadas “misteriosas y ancestrales”, que habían estado separadas por centurias, así que al juntarlas mediante un “rayo mágico” absorbían a su rival en amores. Esto ocurría sin que hubiera testigos y en circunstancias tan inusuales que el protagonista se sintió seguro de inmediato de su impunidad. Se quedaba con la chica y ya.

Sí, sé que no es la gran historia, pero ya se los había advertido. La magia del escrito estaba en los detalles. Tenía que firmarse con pseudónimo, así que aparecí como “Serk”.

Con este aparato empecé a compartir mi genialidad.
Mi maestra de Literatura, que se llamaba Socorro (nunca me aprendí su nombre completo y eso que era una santa, ¡perdóneme doña!) me dijo: “Sergio, la única razón por la que sacaste el tercer lugar fue por las faltas de ortografía”. Si ella hubiera sabido que para hacer esas tres o cinco hojas había hecho, sobre mi máquina de escribir, mi  mejor imitación de un gorila machacador… Uff.
Premios
  • Obviamente la publicación en un medio de amplia circulación institucional.
Esquina inferior derecha: "Triunfadores de los concursos".
  • Un diploma (constancia escrita).
  • Una pila de libros (3 o 4 de esos feos que tenía antes la UNAM y que no salían ni regalados, en la actualidad siguen siendo feos ¡pero ya mejoraron, que tal!)
  • Una medalla, con su correspondiente estuche rígido negro.
La medalla por los 2 lados.

  • Que la gente viera mi genialidad (como lo sigue siendo hasta hoy mismo).

Recuerdo que empecé a leer el cuento ganador del primer lugar, pero a los pocos párrafos me dio flojera y lo dejé por las buenas. Se llamaba “El hombre de las rosas”,  escrito por Raúl Esquivel (¿?). Era el año de 1990.
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