1 de noviembre de 2013

Xochimilco, sus entidades espectrales y Elizabeth

Este relato tiene como protagonista a mi cuñada Elizabeth.
Estuvo a menos de 80 centímetros de una entidad que desafía la lógica cotidiana.
Todo ocurrió muy cerca de su domicilio, atrás del Deportivo “Xochimilco” (México D.F.) 
Hace un par de años, en una noche de verano.

Para hacerla de emoción primero les cuento qué hay en la zona y después les introduzco en los hechos precisos.

Elizabeth, protagonista de esta historia.

LA ZONA

 ¿Qué podemos encontrar en esta zona? Hay algunos elementos importantes:

Seleccionar la imagen para verla más grande

El Deportivo Xochimilco

A este tipo de espacio los urbanistas lo denominamos “Equipamiento Urbano Regional – Subtipo Deportivo”. Por fuera está HORRIBLE (además de que el ambiente es erosionante por el smog, el ruido del transporte público y la gente conglomerada). 
No se respeta la norma que prohíbe los perros y las motos.


Aún así, por dentro tiene varios aciertos: una gran explanada cívica, atención social con módulos, canchas deportivas en buen estado, fuente monumental, pequeños bosques y al interior de ellos juegos para niños, aparatos para hacer ejercicios, etc. 

Las subzonas son muy diferentes entre sí: algunas partes pueden estar muy bonitas y cuidadas, pero igualmente en otros pedazos se ven bancas rotas, arboles y pastizales enfermos o pelones. 

Con todo, los xochimilcas le sacan el mejor beneficio con un sinnúmero de actividades recreativas, deportivas y culturales muy diversas. 
Yo lo atravieso por las mañanas cuando voy a la Clínica de Odontología de la UNAM, una grata experiencia que casi me hace olvidar el resto de la ciudad.


Clínica Periférica de Odontología (UNAM)


No puedo transmitir el gran gusto de haber caído en el servicio que presta esta clínica. Aunque se desarrolla por pasantes en sus últimos años de estudio, he encontrado (además de la implícita juventud) que los jóvenes (en donde predominan –afortunadamente- las mujeres) están deseosos de ejercer con ética, gusto y concentración su profesión. Así es mi doctora, que además de bonita, es un ángel sinceramente comprometida con generar un beneficio directo y objetivo en los seres sufrientes.
(Me siento muy agradecido de haberla conocido, pero es que así ha sido mi vida: siempre he estado rodeado de personas valiosísimas ¿por qué? Quién sabe. Karma quizá.)

Entrada principal de la Clínica.
Uno podría pensar que comentarios como los anteriores deberían ser automáticos al hablar de una institución de salud como esta, pero no. En contraste mi hermano Gerardo fue al mismo tipo de unidad periférica “Aragón” pero el servicio y administración fue deficiente, al grado de perder una muela (que se entiende era salvable).
Con antecedentes como el de Gerardo, es que me acerqué con escepticismo a la Clínica ”Xochimilco”. Por hacerme solidario con mi hermano Javier  es que fui a la clínica. A este último le practicaron un injerto de muela: la segunda muela de atrás para delante de abajo a la izquierda se perdió y quedó el hueco que fue rellenado por la muela del juicio vecina que los doctores reposicionaron; todo salió estupendo y la “nueva” muela arraigó bien, todavía le tienen que hacer ajustes, pero todo ha vuelto a la normalidad.

La Escuela Nacional de Artes Plásticas


Mi hermano Javier estudió en estas instalaciones la carrera de Comunicador Gráfico (que no se debe confundir con la carrera de Diseñador Gráfico). De alguna manera el destino estaba marcado: pues aparte de esos años de estudio ha terminado viviendo ahí cerca. Al momento de escribir estas líneas lleva aproximadamente 10 años de avecindado en la Unidad Habitacional  Loreto y Peña Pobre.


Presa San Lucas Xochimanca


En 1945 se inicia la construcción del vaso regulador San Lucas Xochimanca. Con una extensión de 28 hectáreas. Construido para contener las aguas pluviales de la cuenca de los pueblos de la montaña de la delegación Xochimilco.
Albergaba un número considerable de fauna silvestre (patos, garzas, ranas, peces, ajolotes y otras más). En invierno era el lugar de llegada del pato canadiense y de otras especies de aves.


Actualmente (año 2013) el vaso regulador sufre una gran degradación, debido a la contaminación por aguas residuales tanto del Reclusorio Sur, Club Campestre Monte Sur y asentamientos irregulares de pueblos de la montaña.
Los avecindados están preocupados (y ocupados) por la degradación de la presa y la colateral tarea de rescatar este espacio tan importante.

Aquí estoy con mi hermano Javier. Su esposa es la protagonista de esta historia.
Estamos en el interior del Vaso Regulador.
Esta presa cuenta con un río principal en su parte sureste, que obviamente proviene de los cerros lejanos. Al lado del mismo cuenta con una carretera que va cambiando de amplitud, con banquetas inexistentes o mal dibujadas, iluminación pública inexistente, o muy espaciada o de muy baja intensidad. La amplitud o ancho de todo el conjunto (canal y asfalto vial) va cambiando y a veces es tan angosto que solo cabe a un solo tiempo un automóvil transitando (claro, saliendo perdiendo el transeúnte).
Esta vía se llama “Río Santiago” o “Camino Real a San Mateo” (la denominación “camino real” nos advierte de la antigüedad de la calle y de la importancia que tuvo en la época colonial o incluso anterior).


LO QUE VIO ELIZABETH


Todo ocurrió en Río Santiago, en el tramo comprendido entre Av. Acueducto y Antiguo Camino a San Pablo-Topilejo. Toda la carretera es solitaria y tétrica, pero este tramo es todavía más apesadumbrante. Y la hora no ayudaba para nada: todo ocurrió alrededor de las 9:00 de la noche del verano de 2010 o 2011.

Río Santiago esquina Av. Acueducto. Al fondo (120 m) conocería Elizabeth a la entidad.
Elizabeth salió de la unidad habitacional y enfiló por Río Santiago para entroncar con la Av. Antiguo Camino a San Pablo y ahí tomar un transporte colectivo (microbús). Iba apurada pues ya se había hecho tarde y porque el tramo es peligroso (con soledad que propicia el asalto, por decir lo menos).
A unos 30 o 35 metros delante de ella iba una señora (cualquier persona), igualmente a paso veloz e inmersa en sus asuntos. En contraflujo venía un hombre.
Aún con la penumbra nocturna y la deficiencia en iluminación pública, Elizabeth (que debe entenderse tiene muy buena vista) percibió todo con claridad.

(Le pregunte que si ese día sufría de algún malestar, había comido bien, o que si  se había “metido” algo -alcohol, drogas- que hubieran afectado su percepción; me contestó que no, y le creo)

La mujer y el hombre se emparejan. En este tramo la carretera es muy angosta y solo cabe un carro, así que las personas (ya sea que vayan o vengan) terminan por pegarse al lado de la pared y no al lado del canal (o río) quedando casi hombro con hombro.

La mujer queda detenida y el hombre continúa como venía.

Desde atrás de Elizabeth se oye un carro que se aproxima. Efectivamente, el carro la rebasa.

La mujer levanta los brazos y les empieza hacer señas a los del auto para que se detengan. Cosa que logra. Habla con ellos rápidamente y la suben al auto.
Aunque todo el asunto estuvo ligeramente “golpeado”, no le extraña a Elizabeth del todo pues su razonamiento fue: “la señora reconoce a sus amigos en el carro y aprovecha para salirse de una calle por lo demás peligrosa”.

Ahora se empareja Elizabeth con el hombre que viene en contraflujo.
En esta zona, aunque ya no es rural, todavía se acostumbra mucho la amabilidad de saludar a las apersonas en la calle independientemente de que se les conozca o no. Así que en el aparejamiento Elizabeth se voltea hacia el hombre y le saluda “Buenas noches”.

Esto es lo que vio Elizabeth: un hombre delgado, complexión regular (“normal” diríamos), quizá treintañero, quizá cuarentón. Pantalón de mezclilla azul, camisa a cuadros de mangas largas pero arremangadas, sombrero de paja. Trae amabas manos metidas en los bolsillos. Su andar es normal, ni apresurado ni torpe, ni nada.
Hasta aquí todo normal. Pero…

Elizabeth ha terminado de saludar y enfoca su vista hacia el rostro del hombre. Pero en lugar de ver una cara solo hay una especie de hoyo negro. Más negro que la oscuridad de la noche. Se da cuenta de que no es un color, es un VACÍO.

Ya no podemos decir que sea un hombre, así que le llamaré “la entidad”.

La entidad ha girado la cabeza hacia ella y con una inclinación ha devuelto el saludo. No hubo sonidos.

Elizabeth alcanza a notar otro detalle: entre la manga arremangada y el filo del bolsillo lo que debiera ser un pedazo de brazo es también una mancha negra de vacío.

Le pregunté a Elizabeth que si había tenido miedo. Me dijo que no, aunque sí quedó un poco choqueada.
Retomó su andar aprisa, quizá metiéndole todavía más aprisa, y resolvió el resto de sus asuntos y de su noche como los había planeado.

Si usted, querido/a lector/a, desea creer esta historia… perfecto, si no, también perfecto. Yo le creo a Elizabeth, pues la conozco desde hace una década, es la esposa de mi hermano, y no necesita impresionarme o fanfarronearme, no es su estilo. Todo esto me lo contó porque sabe que estos temas me encantan y porque FUE ALGO QUE LE PASÓ A ELLA. Además el asunto de “seres” que están hechos de “oscuridad” o “vacío” es coherente con lo que yo ya sabía mediante lecturas e investigaciones personales hechas de manera previa y completamente independiente.

Esta historia la escribo hasta ahora, con el permiso de ella, porque estamos celebrando la noche del 31 de Octubre de 2013, y la colateral llegada de seres descarnados o de otras dimensiones del Día de Muertos. Además si no fuera por este escrito, no se tendría registro de este evento.


HERENCIA


El Padre de Elizabeth tuvo a bien platicarnos, en una tertulia, sus videncias o percepciones a través de los años, las cuales empezaron siendo niño detonadas con la muerte de uno de sus hermanos. A partir de ahí en diferentes momentos y lugares ha visto “seres”.

Durante un par de años fue velador de la puerta principal de la unidad habitacional, ahí en las madrugadas y a veces con diferentes testigos aparecieron seres o entidades que pueden englobarse en algunas etiquetas comunes: duendes, fantasmas, La Llorona.
Por ejemplo en algún momento le tocó ver (con otro testigo) cómo un gato negro aparecía de la nada en el interior de la caseta (en donde se resguardaban del frío helante de la madrugada). El gato pareció surgir del suelo (como subido por un elevador) a 30 o 40 centímetros de sus pies, tuvo movimiento y gestos normales sin moverse mucho de ese punto, el señor se inclinó para acariciarlo pero desapareció desvaneciéndose rápidamente de arriba a abajo.
Aventuras de este tipo me fueron narradas a lo largo de 4 o 5 horas en una tardeada, así que habría mucho que platicar.

El Señor Padre de Elizabeth es un hombre de gran calidad, honorable, que ha vencido infortunios y desgracias, con sensibilidad a este tipo de entidades que no son humanas y que sin embargo, por alguna razón que no se puede adivinar, les encanta llamar nuestra atención con imágenes que nos son familiares (a veces para bien y en otras ocasiones…).

Es obvio que estas facultades son su herencia para Elizabeth.


PROBLEMÁTICA DE LA PRESA SAN LUCAS XOCHIMANCAS


Cuando saqué las fotos  que acompañan este escrito (30 de octubre de 2013), ya me retiraba de la zona y entonces me alcanzó un hombre en moto. Me cuestionó el por qué estaba sacando foto de la maquinaria que estaba en el puente de Av. Acueducto, pues en su imaginación esto se traducía en un acto sospechoso que pudiera desembocar en un robo o algo parecido. Resulta que era dueño de esa maquinaria y de los grandes lotes que hay en la zona. No le pregunté su nombre (y el tampoco me preguntó el mío), pero gracias a él me enteré de la problemática de contaminación de la zona. 

(En este link: Canal 40 Reporte Ciudadano Presa SanLucas Xochimancas encontraran un video -duración de 3:41 minutos- con reportajes a los vecinos y su postura ante dicha problemática.)

Como explicación de mis actos le platiqué la aventura de Elizabeth. 
Aquel hombre ha vivido desde siempre en la zona y no le ha tocado ver nada cercano a lo aquí narrado. Hizo algunos comentarios amables, pero terminó diciendo: “…además yo no creo en esas cosas”.
Sin embargo se retiró (siempre montado en su moto amarilla y empujándose hacia atrás) ligeramente choqueado.
________________________________________
____________________